es una proclama de valor, sino una declaración de confusión: «Averigüen si Jesús es o no el Hijo de Dios». El precursor del Mesías le teme al fracaso. Averigüen si he dicho la verdad. Averigüen si he enviado a la gente al Mesías correcto. Averigüen si he estado en lo cierto o si he sido engañado.1 No suena demasiado heroico, ¿verdad? Preferiríamos que Juan muriese en paz. Preferiríamos que el pionero alcanzase a vislumbrar la montaña. Parece ser poco justo que se le conceda al marinero la vista de
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